domingo, 24 de septiembre de 2017

"Mira pasaje, no te quiero robar, pero...". (Réplica).

 
En contestación a Saúl Vázquez Torres, Consejero Nacional del PRD, político de profesión, por su execrable columna  http://www.animalpolitico.com/blogueros-blog-invitado/2017/09/23/breve-defensa-del-financiamiento-publico-los-partidos/
 
 
 
Cuando te das cuenta que esto lo escribe el consejero nacional del PRD, el argumento ad hominem es tentador (la denuncia de la falacia conducente debería reconocer el elemento psicológico de trasfondo...)...
 
Dice el "autor" (sea) que privar de recursos a los partidos bajo el argumento de que éstos concentran los vicios de la democracia es "simplista y peligroso" y sin embargo en defensa de la idea contraria nos ofrece algo aún más simplista y peligroso, además de estúpido: la ingenuidad de equiparar el contexto político social norteamericano y la defensa del status quo. Me explico.
 
¿De dónde, amable lector y firmante de change.org, quiere usted que los buenos partidos saquen sus recursos para hacer los millones de plásticos, volantes y anuncios comerciales en donde nos vendrán a mostrar sus jetas de pillos y sociópatas bajo la mascarilla del photoshop y su regüeldo de brillantes ideas condensadas en dos eslóganes con que nos amodorrarán durante al menos 8 o 10 meses si no es de sus contribuciones y las mías (¡contrólese! ¡no se desgarre las vestiduras con el "autor"!) ¿es que los quiere orillar al desvío, robo, desfalco de los estados, expolio a ojos vistas y latrocinio como único y probable modus vivendi? ¿no verdáááááá?
 
Expliquémosle al "autor", con la paciencia Job, que su argumento del exconvicto que pide por las buenas dinero en el microbús a cambio de no asaltar al pasaje, ni por asomo menciona la falta de aplicación del marco jurídico, el cual en teoría (al menos) tendría que sancionar y castigar (refundir en la cárcel, vamos) al que hiciese todo lo anterior; que ha sido más bien práctica corriente en las elecciones de al menos medio siglo (un poco de historia no hace daño), y que si ha sido así es por los vicios del aparato de procuración de justicia que también en teoría debería ser independiente en tanto rama de uno de los poderes de la Unión, es decir, que en términos fácticos la justicia queda subordinada al uso a discreción del político, o bien, que no hay separación entre poderes, todo lo cual conlleva a la IMPUNIDAD imperante y perpetrante de delitos electorales entre los cuales el desvío es de los menores, pues como reconoce el señor consejero, NO EXISTE FISCALIZACIÓN de recursos asignados: ellos pueden provenir del devío, sí, o del crimen organizado en su modalidad más de nota roja, por así decirlo: tráfico de drogas, armas, órganos, secuestros, trata, sindicalismo charro y una lista que se antoja interminable... ¿Nos sale pues más barato seguirles sufragando el tren de vida a los hijos de la grandísima puta a fin de que no roben, o mejor nos aplicamos, primeramente, para exigir la efectiva separación de poderes y abatir la IMPUNIDAD imperante quitándoles primero la prebenda del fuero para después refundirlos en la cárcel (mejor si es en Siberia)? Decidamos...
 
Vaya y pregúntele al figurín de su preferencia cuáles son los estatutos que rigen a su partido, y cuál su ideario político, y le aseguro que sabe más de sus intereses que de cualquier otra cosa... Pero el señor consejero insiste (defensa del estatus quo) en que las campañas políticas han de ser así y no de otra forma... El político de profesión prospera materialmente allí donde a falta de convicciones políticas puede exhibir en 9/10 de anuncio su guapo rostro (y cabeza hueca, deberíamos añadir), mientras que en la décima restante el trabajo lo pone un mercadólogo de la cocacola con un penetrante eslógan...Una opción plausible sería obligarlos a marcar posición política mediante la exposición publica del ideario que los rige, con lo cual hasta se nos haría innecesaria la existencia de algunos partidos, como los satélites del pri, o el mismo pri de acuerdo a sus satélites, por parecernos equivalentes (A igual a A) Piénsese también en el partido del señor consejero en palmario amasiato con el pan..¿De verdad son distintos? ... ¡Imagínese las literales carretadas de dinero que la supresión de partidos nos supondía! El Partido Liberal de inicios del siglo XX tenía absolutamente claras las cosas, sin querer ni poder vivir del erario para campaña en un clima dictatorial... Si los partidos marcasen posición política el gasto de campaña se haría superfluo; para ello contarían con espacio promedio de tres años para su difusión (que es lo que hay entre elección y elección), y no con los escasos 6 u 8 meses en los que pretenden torcer la dirección del voto a su favor a través de un grosero comercial malllamado "campaña"... Pero la ineficiencia parece ser un requisito indispensable para profesionalizarse en la política... Otro es la ausencia de convicciones y principios... Otra más, tener la cabeza rellena de plumas (para irse a dormir al pleno)... ¡Venga ya! ¡Si no podemos reformar la naturaleza de las campañas, si no podemos obligarlos a ir más allá de la paternalización de los gobernados mediante la papilla de cada tres años, si no se pueden adherir a la exigencia del alto nivel de discusión pública de ideas y escrutinio de las misma, quiere decir que tenemos POLÍTICOS CHATARRA QUE NO MERECEN GOBERNAR, Y PARTIDOS DE LOS QUE PODEMOS PRESCINDIR! ¡Dejemos de creer de una putísima vez que tenemos a los gobernantes que nos merecemos, PORQUE NO NOSLOS MERECEMOS! (o mejor dicho, NO NOS MERECEN COMO SOCIEDAD ADULTA Y LISTA PARA ELABORAR Y EJECUTAR SU PROPIA AGENDA DE ACUERDO AL DESTINO QUE QUIERE PARA SÍ) ¡No somos párbulos, chingada madre! ¡Ellos son nuestros inferiores, y nos gobiernan! ¡No más política chatarra!
 
¿De verdad la escena política americana se parece a la mexicana? No. Porque allá sólo existen dos partidos, con idearios muy definidos. ¿La sociedad americana a la mexicana? No. Allá el ingreso per cápita es abismalmente superior, con el clima de oportunidades que esto conlleva: y sólo por atenerme a una diferencia... La distribución de la riqueza es algo más equitativa... Allá no cambian voto por despensas, ni condicionan los programas sociales
 
Digámosle pues, al señor consejero que no mame...Que la flaquísima racionalización de sus argumentos hace traslucir al político de profesión que hay en él... Que como buen miembro de su nefando gremio, vino a querer componer desfigurando aún más la cosa... ¡Y brindémosle un aplauso por esto último, porque lo hizo rematadamente bien!

jueves, 21 de septiembre de 2017

¡Viva México! (el nuestro). Artículo

Llego a casa, y como llego, lo que necesito es una taza de café, más que alimento, pues éste no ha escaseado durante la jornada, que aunque ardua y un tanto desalentadora, tampoco extenuante: no al grado de impedir aplicarme al teclado y a las ideas que sólo esta mañana ostentaban cohesión y fuerza granítica, y que ahora apenas han variado en cuanto a forma... Pues tampoco lo que hoy he atestiguado, como muchos, cientos o miles de otros, cambió respecto a la jornada de ayer: un pueblo volcado sobre sí mismo; hombres y mujeres ávidos de ayudar a los que la tragedia del pasado diecinueve ha hecho sus semejantes; incluso sobre sí mismos su diligencia se hace pródiga: ora en forma de alimentos, agua, una palabra de aliento, o generalizadas albricias por la labor conseguida a través de la "cadena humana". Los restauranteros hacen gala de una cortesía sin límites para cualquiera que requiera su baño, normalmente reservado "para uso exclusivo de clientes", o fungen como punto de distribución de viandas, otorgándolas a espuertas; lo mismo sucede con otros pequeños negocios aledaños a los puntos mayormente afectados, donde se concentra el grueso del voluntariado civil; el transporte público no ha ido a la zaga, dando paso franco; motociclistas "a todo galope" transportando a actores clave; autos yendo y viniendo, atestados de insumos de toda clase; gente siempre dispuesta a descargarlos, y a acarrear lo que se necesite, donde se necesite: jóvenes sobre todo, pero también adultos sobre la treintena (como yo mismo), la cuarentena, cincuentena, y más; de "castas", estratos, niveles educativos y procedencias harto  heterogéneas: en cantidad tal como sólo esta gran ciudad puede albergar en su seno... Pues dicen "los que saben" -peyorativamente- que lo de "chilango", en sentido estricto, debiera únicamente aplicarse a los que vienen "de fuera"; ¡y vaya que aquí hay gente de fuera... pero que de muy fuera! Y sea ésta, quizás, una de las diferencias con los estados del sureste golpeados por aquel otro sismo de principios de mes: la composición eminentemente heterogénea de la población... Esa misma heterogeneidad , que en nuestra cotidianidad se hace patente para acentuar lo peor de nuestros vicios sociales, bien en términos de clasismo, racismo, ginofobia, homofobia y demás, hoy se impone en estado tal que empuja a su contraparte, la virtud, manifiesta en valores de solidaridad, camaradería, dadivosidad, generosidad... Allí donde topamos con el hedor a muerte, los cúmulos de cascajo otrora edificios, el polvo, la sangre y destrucción a mansalva, parece avanzar una sociedad altamente moralizada abriéndose paso, como impelidos por esta misma calamidad y arropada por un tácito acuerdo de unión y hermandad... Creo no ser el único que lo percibe así; y que si bien lo anterior puede rebosar de cursilería para el gusto de muchos, tampoco negarán lo metacotidiano, lo extraordinario y prodigioso de la circunstancia... Para esta sociedad, mi palabra es balbuceo y mi pluma más bien torpe para expresar en justos términos su valía: a su pesar se convirtió, en áureo momento, en un dechado de virtudes que a poco de intentarlo fracaso para encomiarlas como debería... Nada ni nadie ha catalizado tanto la moral de este pueblo como la reciente tragedia (ni siquiera "la selección", o el odio que suscitan ciertos personajes arlequinescos de la escena política), al punto de cohesionarnos del modo referido... Los descreídos, decepcionados de este país, como yo, nos hemos ido "de manos y hocico" sobre una "realidad" que apenas recordamos, como sucedió también hace 32 años, en ese otro funesto diecinueve de septiembre, cuando el pueblo entero sacó lo mejor de sí en ayuda de sus compatriotas, en ayuda de sí mismos, bajo la sombra de un poder que se extendería hasta nuestros días, con otro nombre y apellido, sí, pero que no cambiaría en esencia...
 

El "claro" arriba expuesto no estaría completo sin su "oscuro". Lejos de mí el querer simplificar una realidad social apelando a tesis maniqueas, en donde ésta se debatiría entre el bien y el mal, los buenos y malos (aquello de "los buenos somos más" me recontracaga, más por simplificante que por ramplón), y sin embargo, quienes hayan leído mis anteriores artículos, sabrán que estos tienden al exceso de exposición, análisis y a veces referencias; y que también -recurriendo esta vez a la "lex parsimoniae" de la metodología de Ockham- una verdad tan consabida no requiere barrocas añadiduras, borlas y golas, por así decirlo (o bien, "lo que es derecho, no es chipotudo", según se estila en nuestro folcklore más colorido): de modo que usar denuestos tales como "hijos de la grandísima puta", "malnacidos", "culer@s", "rapaces mierder@s" y demás para connotar y denotar a los integrantes de una casta que se agarra "con uñas y dientes" a su obscena asignación cuantificada en miles de millones proveniente del erario amparándose en leyes promovidas por sí mismos a fin de hambrearnos el voto el año que viene mediante la indiscriminada promoción de sus jetas de imbéciles y política licuadas en sloganes de comercial de comida chatarra hasta en el último centímetro cuadrado de espacio público y que nunca pero nunca será fiscalizada pasada la elección (de allí que no haya "perdedores", sino nuevos multimillonarios), EN VEZ DE DEVOLVERLA A LAS ARCAS DE UN PUEBLO AL QUE CONSTITUCIONALMENTE SE DEBEN y que atraviesa por algo más calamitoso que el hecho de tenerlos por "representantes" (en minúsculas), me conduce a mí, amable lector, a la siguiente pseudotesis:
Aquél que diga, que siga sosteniendo que "el pueblo tiene el gobierno que se merece", merece, más bien de mi parte, un soberbio puñetazo en la jeta, o cuando menos un espeso escupitajo, siendo que más bien, por todo lo anteriormente expuesto, QUE ESTOS PARÁSITOS DESMERECEN GOBERNAR SOBRE EL NOBLE PUEBLO MEXICANO.
 

Dije pseudotesis, porque más parezco atacar al cliché enraizado en nuestro imaginario, que fue desmoronado no por mis habilidades intelectuales, sino por lo que usted y miles como usted y yo hicimos y seguimos haciendo al margen de estos verdaderos HIJOS DE LAS MIL PUTAS...
Aquí alguien podrá objetarme que no es momento de "politizar" la tragedia. Yo le contesto de dos formas: primero, que quien esto torpemente traza, es un ciudadano de a pie, no afiliado a partido alguno; segundo, que  se vale tenerle aversión a la política cuando esta se agota en las sucias manos de sus "profesionales": sus anayas, ochoas, barrales, manceras, peñas y demás (quienes saben muy bien cómo "comer mierda sin hacer gestos"), pero que esta aversión no hay que confundirla con indiferencia, cuando en ello nos va nuestra reconstrucción material y moral como sociedad... También se me dirá que "no es momento de odios", a lo cual sí no tendré nada que objetar: los odio con un reconcentrado encono a casi todos por igual... ¿Razones? No creo tener unas exclusivas o mejores que otros, aunque tampoco carecezco de ellas... Que cada quien saque cuentas...
Y hablando de cuentas, ¡cuán poco contribuye la plutocracia, la pequeña élite de familias más acaudalas con nombre y apellidos bien identificables a paliar la situación! ¡casi tanto como a darnos noche y día la tabarra y  papilla  a través de sus voraces empresas de que "el mexicano es solidario", que "hay que contribuir", ser "generoso"  y tal, como si no fueramos y pudiéramos ser todo eso y más sino en virtud de su cansina doble moral! ¡porque yo no he visto a los bailleres, larreas, azcárragas, slims, salinas, vazquezrañas o las aramburuzábalas de este país sino para lo referido y tirar migajas! ¡qué poca madre! Porque cuando se habla de los oportunistas, de los que sacan provecho y hacen rapiña, se habla de pillos de poca monta, pero no de estos otros que se han llenado las manos a fuerza de la política económica de corte neoliberal y que no obstante se han dispensado los títulos más honrosos en contubernio con las casta política (asociación delictuosa); política que ha ensanchado la brecha entre ricos y pobres a grado superlativo, inimaginable hasta antes de lópez portillo, tan lesiva como superflua, a pesar de que noche y día insistan en que ÉSA y no otra es la senda del "progreso"... Que ÉSO es "mover a México"... Su avaricia y codicia establece un diferendo entre mexicanos de primera y segunda: los que traducidos en su doble moral terminan siendo idiotas por "solidarios" y ellos mismos, dueños de esa moral y poseedores de sendos vicios...
 

Y como un reconcentrado grado de encono también desmoraliza, y eso es justamente lo último que desearía para una sociedad cuya moralización se ha ganado a pulso y virtud (y por la cual siento ya tanta admiración como sincero afecto), yo esto lo termino con unos cuantos desafíos... ¿Qué nos hace falta para que prime la atmósfera de camaradería (o hermandad) que nos ha traído la tragedia? ¿No será más bien esto parte de nuestra propia reconstrucción como sociedad, más allá de la material? ¿No nos enseña esto la justa dimensión de las cosas: de quiénes dependemos y hacia quiénes nos debemos? ¿Cómo vamos a establecer agenda política? ¿Cómo sacudirnos las rémoras de tres siglas que lo impiden a toda costa? ¿Hacia dónde queremos ir después de todo esto? Porque yo allá afuera me he topado con gente empoderada, y que sin embargo no ostenta el poder político o la opulencia de todo un país... Si ustedes sí se los ha topado, y se los vuelven a topar, no olviden mentarles su madre de mi parte...

jueves, 14 de septiembre de 2017

¡Desnúdate! (quién sabe qué sea).

A Lucía.

"¡Desnúdate!", denunciaba, exigía el gran Kafka, "a fin de comprar tu entrada al Paraíso"... No con estas palabras rotas... Mutatis mutandis, quería decir que había que quedarse en los huesos, en las médulas, en las moléculas: en el "Fuego" que se hermana con aquel otro: al que le da perfectamente igual si usted o yo creemos en él... Porque el Paraíso es cosa del aquí y ahora... ¡Y mire usted que eso lo sostuvo un judío, cuyas creencias no se equiparan con el cristianismo cuando de la vida eterna se trata! Así que hay que ser:
-primeramente incendio,
-irrepetible
-y un "no-siendo-y-siendo", simultáneamente.

Hay que ser, amable lector/(a), necesariamente simultáneo, por cuanto esta vida (¡la muy tal por cual) no basta vivirla en un modo: que es en términos "normales", el indicativo.
Debemos apreciar y saber vivir en modo subjuntivo. Pero no pierda el tiempo con la gramática, porque para entender lo que he dicho, no es el caso de ir al diccionario, sino al desafío que la misma Vida constituye por fueros propios.
Que se joda en la pegajosa eternidad quien nos legó aquello de "el hubiera no existe".
¡Sí existe! ¡Si existe! Pero aún hemos menester de cierta filosofía todavía no escrita; amén de los arrestos para practicarla...
Sin embargo no es este un blog de un moralista: creo ser el menos indicado para decirle a nadie qué debe hacer o evitar hacer... Hasta ahora sólo he querido vivir bajo el aforismo número no me acuerdo cuál del Oscuro de Éfeso -es decir, Heráclito-, que va así: "no digo ni oculto, solamente indico..."... Y con eso hay que conformarse... Y así hay que vivir... Y a cerrar la puta boca...

                                                                                     /***

Don Miguel de Unamuno - a cuyo nombre no puedo sino añadir ese "Don"- pensaba cosa parecida de la "Eternidad": iba a contrapelo del tiempo que fluye, y había qué vivirla a toda costa... Tal vez esto lo sabía como buen "Quijotista", que fue (que no "Cervantista"), por cuya "Triste Figura" sentía, profesaba tanto respeto como por la de su sosias: el dicharachero Sancho Panza, que paulatinamente se fue "quijotizando" en el transcurso de esa genial novela, o venero, o radiografía, o lo que coño haya sido: no soy crítico de arte, y mucho menos de Vida...

                                                                                      ***

¿Qué idea, desacierto o nueva mendacidad trato de transmitirte el soleado día de hoy, arrojado lector? Debo confesarte que ni yo mismo lo sé... Pero sea cual sea el trasfondo de este asunto, debo decirte que el mérito o la calamidad debe achacarse a nueve mujercitas, que en corro me susurran lo que aquí te pongo: ellas son Calíope, Melpómene, Euterpe, Talía, Clío, Erato, Urania, Polímia, Terpsícore, y mi personalísima Lucía (que viene de "lux"...) las cuales no me dejan ni dormir la mayor parte del tiempo (que no es mío, ni tuyo)... Introducen su lengua húmeda en mis sendo orificios auditivos, mas su preciada vagina me la niegan; ¡y yo padezco! ¡Vaya que padezco!:

-de fiebre,
-lascivia,
- y cierto "no poder decir",

que me conduce al fracasado aparato de una escritura siempre reticente, como de quien le da por pelear contra el Mar desde la costa.

                                                                                   ***

Quien algo sepa de "hermenéutica", sabrá  a su vez que no se necesita casco; que lo último que tiene que hacer es perder su tiempo con el pendejo de Gadamer y la gradísima mamada que escribió (¡insufribles cientos de páginas) en su "Verdad y Método" (confieso que yo la cagué); tampoco en el "Ser y tiempo" de su compatriota...; sabrá que del paso se sale de la mano de otro señorazo, que aunque injustamente menos famoso que aquellos dos, señorazo indiscutible sin embargo... Don José Ortega y Gasset... Tiene además la ventaja de ostentar el "Don" tan castellano...
Pero si tuviéramos que ser más profundos, entonces nos habríamos de sumergir en el "De Trinitate", de Agustín, quien rebasa a todo dios en su glorioso texto... Allí aprenderíamos que media un embudo, un "cuello de botella" entre el "lógos profórikos" y el "lógos endiáthetos", es decir, entre lo que se dice y lo que se quiere decir, para atajar el tema de modo harto laxo... Agustín no sabía griego, pero estoy seguro que de haberlo sabido, este cabrón mundo fuera otro (si sigue mi retorcido raciocinio, amable lector, y considera que "sólamente" sentó las bases de la doctrina cristiana...)...

                                                                               ***
E
s
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p
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c
o,

que tanto se parece a mi pinche vida:...
La que me tocó, y menos mal que me quedas lejos: porque si no, te atreverías a llenarla... Y qué hueva... ¡¿Qué haría entonces, si voy como hombre socrático, por aquí y por allá, cual tonel sin fondo?!
               
                                                                          ***

Me parece haber dicho (casi) todo.
Iré entonces a llevar mi "casiidad" a otro lado, porque este día está de putamadre...
Hasta entonces,
y hasta siempre.                                                              

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Ya está bien de Venezuela. (Artículo)

A propósito del estelarísimo papel que justificadamente o no ha reclamado Venezuela para sí (o que se le ha "dispensado", según se vea) en las últimas semanas en la agenda internacional, en los titulares de noticias, en los ahora bulliciosos despachos de los ministros de exteriores -quienes no se han cortado para expresar prolija y reiteradamente su opinión en el asunto (incluyendo desde luego el del becario mejor posicionado y pagado desde el Usumacinta hasta el Río Bravo; asunto que como veremos, lo ha privado hasta del beneficio del sueño), se ha dicho ya casi de todo, al grado que, aunque tentados, no nos atreveríamos aquí a agregar nada al respecto, a riesgo de caer en ufano perogrullo o irracional dogmatismo: justo el que parece alimentar las irreductibles posturas de los que por una parten sostienen que nos es lícito, e incluso necesario, manifestar la opinión propia en la política interior de aquel país (y por sus mismas "razones", colegimos que en la de cualquier otro) so pretexto la defensa de los valores universalmente compartidos entre las naciones civilizadas, y aquellos otros, que juzgan un despropósito monumental la interferencia en dichos temas justo cuando la magnitud de los domésticos debería reclamar la exclusiva concentración y sinergia de los diferentes órganos de estado en orden a su resolución expedita, acusando en esta displicencia un cinismo e hipocresía con parangón apenas entre las exhibidas por los otros estados que han cerrado filas en torno al tema: el bloque latinoamericano, cuyas lastradas historias y actuales dirigentes se parecen tanto... tantísimo...
Los fundamentalistas en ambos bandos no se han hecho esperar: México entero vio surgir de su seno, por segunda gloriosa ocasión, a un auténtico "paladín de la democracia", quien no contento con atraerse con cierta obsesión patológica los reflectores a fin de que el mundo entero conociese su admirable y bien estudiada y mejor pensada postura, tuvo el atrevimiento, la osadía, de llevar a la práxis sus convicciones y viajar en apostólica labor, junto con otros cinco exmandatarios, al hemisferio sur, cuando la consulta popular promovida por la Mesa de Unidad Democrática allá por mediados del pasado Julio: quizá por no haberse atenido al adaggio que advierte que "segundas partes nunca han sido buenas", la audacia le valió la "medida profiláctica" de ser expulsado y declarado "persona non grata" en un país y evento al que llegó invitándose prácticamente solo, y en el que no pudo reprimir a su "genio incomprendido", alegando vehementemente las más nobles intenciones... Sobre este mártir moderno, por cuya manutención y la de su poco honorable familia hemos erogado, desde hace más de diez años que dejó el cargo por el que fue electo, una considerable fortuna (aunque él lo estime una bicoca en relación a su valía, que ya no sólo se limita a México) ya volveremos... Lo que ahora toca, es apuntalar lo que creemos hace al caso, no ya sobre Venezuela, sino sobre el peculiar y proactivo papel que la actual administración de México ha tenido en relación al tópico; sobre las implicaciones en política interna; sobre los intereses que han alentado dicho papel; sobre las sanciones a que habría lugar para los agentes encargados de ejecutar ese papel; sobre la relevancia del tema en orden a la formación de una futura agenda política, y sobre lo que en suma nos atañería -si "algo" nos ha de atañer- como mexicanos.


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Creeríamos que para entender los crecientes, menguantes, y otros cambios que suceden en nuestro firmamento político, así como sus influjos en el país, requeriríamos o bien un rito iniciático o un astrólogo bastante ducho: ¿a quién, en efecto, no le causa asombro que quien antes fuera un simple aprendiz al frente de una Secretaría de estado tan grís como él, se haya convertido de la noche a la mañana en un auténtico astro, en la estrella más brillante de la esfera, o como se diría en el mundo anglosajón, "the man of the moment"? (En su defensa, habríamos de notar que el fenómeno se extiende a toda la pléyade política: hoy a cuentagotas se habla de la otrora afamada Rosario Robles, o de Pedro Joaquín Coldwell, quienes apenas ayer campeaban por los titulares como por su casa, debido quizás a su crucial papel en la muy alta encomienda de "Mover a México"... por más que sigan siendo parte del "gabinetazo"). Un auténtico aluvión de tweets y declaraciones han logrado catapultar al exsecretario de Hacienda Videgaray del piso de la aceptación popular y la zona muerta en donde parecía haberse refugiado, al ladrillo en el que ahora está subido, y que a juzgar por los comunicados oficiales, parece marearlo: ora uno, o dos, o los que hagan falta en un mismo día. ¡Qué duda cabe que el tema Venezuela ha sido la causa de sus insomnios! Mas valdría preguntarse si el asunto es tan coyuntural como parece, o en otras palabras: ¿han sido los sucesos internos del país sudamericano los que han propiciado el surgimiento de Videgaray, o contrariamente, éste ha coadyuvado para posicionar a aquéllos en la agenda internacional -al grado de no tener empacho en advertir a los connacionales de los "peligros" de viajar allí, provocando entre los mexicanos la repulsa que produce el cinismo, y en los extranjeros, creemos, hilarantes movimientos estomacales producto de un ocurrente chascarrillo a todo lo que da de sí?
(Aquí todos los que hemos emitido opinión habríamos de hacernos la misma pregunta: ¿opinamos sobre Venezuela porque la gravedad del asunto se impone, o precisamente porque se nos impone el asunto es por lo que se reviste de gravedad, y en consecuencia, opinamos lo que sea que opinemos -como por demás opinaríamos si el tema impuesto fuera cualquier otro, vg. el conflicto israelí-palestino (que no lo es, a pesar de su gravedad), por poner un ejemplo?)

Unos cuantos comunicados de la SRE destacan por su virulencia y alcance en la política interior venezolana: el 280 del 20 de Julio (en el que exhorta a Nicolás Maduro a la suspensión de la convocatoría de la Asamblea Nacional Constituyente); el 285, del 24 de Julio (en el que rechaza categóricamente que el gobierno mexicano trabaje, asociado con otros países, en detrimento de los intereses del gobierno venezolano); el 290 del 26 de Julio (casi en el mismo tenor del anterior, con el soterrado añadido que la acusación de la República Bolivariana tendría como finalidad distraer la atención de sus asuntos internos, y desmarcándose a su vez de la presunta complicidad con el gobierno de Colombia y la CIA para perjudicarla, conminando a su vez al gobierno venezolano a conducirse con verdad); el comunicado conjunto SHCP-SRE emitido el 27 de Julio del 2017 (a propósito de las sanciones norteamericanas a funcionarios y exfuncionarios venezolanos, México, a través de su máximo órgano de recaudación, ANUNCIA QUE DEJA EL CAUCE DIPLOMÁTICO DEL QUE VENÍA HACIENDO GALA EN COMUNICADOS ANTERIORES, para sumarse a la resolución norteamericana y proceder "en consecuencia, de conformidad con las leyes y convenios aplicables en la materia", sin especificar el alcance de esto); y el último, pero no menos importante 295 del 30 de Julio (en el que México NO RECONOCE LOS RESULTADOS DE LA ELECCIÓN de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente) (https://twitter.com/SRE_mx?lang=es)
Así las cosas, nuestro "hombre del momento" emite incansablemente comunicados para conminar (en base a principios universales como Democracia, Libertad y Derechos Humanos, Soberanía, etc. etc., ¡no se vaya usted a creer que de modo arbitrario se toma semejante licencia!), rechaza, rebate, aclara, condena, se desmarca, se suma a las sanciones, no reconoce... Toda esta febril actividad a distancia contrasta forzosamente con su implausible e increíble sordera, insufrible pusilanimidad y cobardía en respuesta ante el estentoreo y límpido "absolutely" que Trump les espetó de viva voz aquel ominoso 7 de Julio, durante la cumbre del G-20, cuando fue preguntado si aún deseaba hacer pagar a México por el muro de marras: todo mundo escuchó, y se sorprendió y carcajeó al unísono, menos Videgaray y Peña Nieto, dándose por no enterados, por no aludidos -aún no se sabe... ( http://aristeguinoticias.com/0707/m... )
Tantas contradicciones por parte del gobierno mexicano (que superan al terreno propiamente lógico, instalándose en el fáctico; inflingiendo sistemático oprobio al pueblo que dicen representar), más la presunción que es Videgaray quien coadyuva a la imposición de la agenda internacional, esgrimida por la superpotencia vecina (y no al revés, como hasta ahora hemos querido creer) nos orillan a pensar que las respuestas que buscamos han de encontrarse en la depuesta doctrina que alguna vez dio tanto lustre y prestigio a la diplomacia mexicana, y cuyo desafortunado desuso inauguró el agreste Fox con el inolvidable -por oprobioso- "Comes y te vas", lacerando las históricas buenas relaciones México-Cuba de modo irreparable. Nos referimos a la llamada Doctrina Estrada.

*
Decía la Ley Estrada al momento de promulgarse:

"El gobierno de México no otorga reconocimiento porque considera que esta práctica es denigrante, ya que a más de herir la soberanía de las otras naciones, coloca a éstas en el caso de que sus asuntos interiores pueden ser calificados en cualquier sentido por otros gobiernos, quienes, de hecho, asumen una actitud de crítica al decidir favorable o desfavorablemente sobre la capacidad legal de regímenes extranjeros. El gobierno mexicano sólo se limita a mantener o retirar, cuando lo crea procedente, a sus agentes diplomáticos, sin calificar precipitadamente, ni a posterior, el derecho de las naciones para aceptar, mantener o sustituir a sus gobiernos o autoridades.
Ley Estrada. 27 de septiembre de 1930".

Adquiere su nombre en virtud de quien fuera su autor, Genaro Estrada, secretario de relaciones exteriores, bajo el mandato de Pascual Ortiz Rubio, y su preeminincia y largo alcance al erigirse como antitética a la exhortación que regía entre la comunidad de naciones latinoamericanas desde 1906, conocida como doctrina Tobar (por su autor, el ecuatoriano Carlos R. Tobar), según la cual la legitimación de un gobierno habría de buscarse en el reconocimiento otorgado por otras naciones, evitando darlo si el gobierno fuese surgido de movimientos revolucionarios. Al pie de la letra:

"Las repúblicas americanas por su buen nombre y crédito, aparte de otras consideraciones humanitarias y altruistas, deben intervenir de modo indirecto en las discusiones intestinas de las repúblicas del Continente. Esta intervención podría consistir, a lo menos, en el no reconocimiento de los gobiernos de hecho surgidos de las revoluciones contra la Constitución".

Ha de entenderse que en virtud de su historia (la cual no creemos necesario detallar, COMO TAMPOCO OBVIAR aquí), México hubo de buscarse el reconocimiento internacional en reiteradas ocasiones desde su movimiento de Independencia; el clímax de ello lo alcanzó con la Revolución, y la consecuente promulgación de la Constitución de 1917 por el presidente Carranza, "que acababa con los privilegios económicos de otras naciones en México, especialmente de las industrias estadounidenses, motivo por el cual el gobierno de Estados Unidos se negó a reconocer al gobierno mexicano a menos que éste derogara los artículos consitucionales que afectaban a los intereses estadounidenses en México"

Esta aportación monumental e insólita la hizo el gobierno heredero de la Revolución con miras en tres principios fundamentales: Soberanía, No Intervención y Libre Autodeterminación de los Pueblos; en base a esta doctrina la reputación que México se granjease en la comunidad internacional por espacio de más de 70 años ["Todo esto dio al país un importante prestigio internacional. En cuanto a sus vecinos del sur de América Latina y del Caribe, México regresó a las Conferencias Panamericanas, donde había sido previamente excluida debido a la falta de reconocimiento por parte de los EE.UU. . El país ganó un prestigio excepcional en las conferencias que tuvieron lugar en La Habana (6º Conferencia, 1928) y Montevideo (7º Conferencia, 1933), cuya postura fue a favor de la Unión de América Latina y en pro del derecho internacional", misma fuente] SÓLO ES EQUIPARABLE EN MAGNITUD AL DESPRECIO QUE SU DEPOSICIÓN AHORA INFUNDE, cuyo "mérito" no debemos erróneamente atribuir a esta infausta administración (por más que sus personajes sean los pregoneros de la "modernidad" y sus beneficios, y que tan enconadamente nos traten de persuadir de dejar atrás el lastre del pasado, con miras a engancharnos a un tren que va cada vez más de prisa; que hasta ahora sea la Doctrina Estrada lo que más echemos de menos a juzgar por los resultados que su "espíritu reformista" ha traído consigo), sino a la de dos sexenios atrás, cuando Jorge Castañeda y Luis Ernesto Derbez ocuparon la cancillería durante la presidencia de una de las peores chanzas que nos ha jugado nuestra historia: el "ocurrente" Vicente Fox Quezada, tan amigo del infame Bush Jr como enemigo del cambio que decía enarbolar ( http://www.jornada.unam.mx/2016/11/... ). Este sólo suceso ya merece un espacio propio; nos limitaremos a decir que los cambios adoptados por la cancillería mexicana tienen un origen más remoto, y podríamos decir, "articulado" (aunque su fin común haya sido precisamente el "desarticular"). Todo esto no lo recuerda por supuesto el señor Fox, paladín de la democracia, ahora "persona non grata" en Venezuela, y después de lo que venga en el presente texto, espero de corazón que pronto lo sea en también en México.

Es en este punto palmario que lo que nos han querido promocionar como una política 2.0 es en realidad más de lo mismo, e incluso anterior a la doctrina que presuntamente superaba: como en la exhortación de la política del ministro Tobar: a) carencia de reconocimiento a gobiernos emanados de movimientos revolucionarios en función de la idea de "legítima democracia"; b) intervención norteamericana en los procesos de configuración de política interna de terceros países en base a la lógica del más poderoso: "tú me das, yo te doy" -esta vez, con un corifeo de naciones que sin empacho mezclan nociones tan encontradas al margen de sus historias mutuamente conocidas como guindilla...

Es momento de preguntarnos si la política exterior mexicana es acaso un asunto "periférico" de la administración; si su aparente tangencialidad habría de preocuparnos, al margen de producir sorna internacional y poner en solfa lo logrado por la Doctrina Estrada, o en otras palabras, si según el debate al principio aludido, habríamos de creer en cierta contraposición entre los asuntos de política externa e interna, haciendo recaer el peso, por así decirlo, en estos últimos, o si más bien, como suponemos aquí, tal contraposición es sólo aparente, si nos atenemos a los principios que inspiran las dos caras DE UNA MISMA POLÍTICA, y entonces lo pertinente sería indagar por esos principios, o lo que aquí columbramos, INTERESES.
A tal guisa traemos una vez más a cuento el Comunicado 285 de la SRE fechado el 24 de Julio en donde el gobierno mexicano, entre otras cosas, expone su "declaración de principios", que a la letra dice:

"México es un país respetuoso del derecho internacional, que no trabaja con ningún país en detrimento de otro, y su posición sobre la situación en Venezuela ha sido presentada de manera clara en los comunicados que ha emitido y en los foros internacionales en los que participa.
El gobierno de México reitera su absoluta disposición para contribuir, por la vía diplomática y en estricto respeto a la soberanía del pueblo venezolano, a una solución pacífica y democrática a la grave crisis que atraviesa Venezuela".

Retomamos de aquí lo concerniente al término "Soberanía", y nos preguntamos si es el mismo principio que alimentó a la Doctrina Estrada, así como si es idéntico al que rige en asuntos domésticos. Querríamos, desearíamos por mor de la claridad, comprensión y verdad, que fuera la misma administración quien nos lo aclarase; mas engrosando esta demanda la larga lista de otras tantas a las que no se aviene la actual administración por considerar que los cauces en materia de diálogo han de agotarse en las instancias instauradas a tal fin y no de un modo horizontal y directo con el pueblo en donde la misma noción misma de Soberanía reside esencial y originariamente, y de donde todo poder público dimana (según el artículo 39 de la Carta Magna), tal vez por considerarnos demasiado estúpidos e incapacitados para ello, nos damos a la tarea de aventurar una hipótesis sobre la comprensión que el gobierno mexicano tiene de dicho concepto, dado el uso ambiguo, impreciso y coyuntural que hace de él.

Difícil agotar en un espacio tan corto lo que el término "Soberanía" connota y/o denota: eso lo sabe cualquier estudiante de bachillerato que se haya iniciado en teoría política. Aquí, de entrada, ya nos hemos referido a él ora como término, concepto, principio, noción, y rematamos, como idea. Ninguna de todas esas "palabras" son, a su vez, "intercambiables", por decirlo llanamente. Explicar porqué esto es así requeriría, primeramente, un grado de erudición que sobrepasa nuestras capacidades, y después, un ingente espacio que rebasaría los designados al artículo. En ese sentido, querríamos contar por anticipado con la benevolencia del lector para soslayar esta dificultad DE PRIMER ORDEN y en cambio suponer, a modo de ensayo, una fijación común del "término"; colegir (a carencia de definición) lo que aquélla ha de ser, ora en base a la experiencia, a la formación, o a lo estipulado en el Pacto Federal en el aludido artículo 39, o bien en el 123 del Código Penal Federal.

*

TRAICIÓN A LA PATRIA.

A más de tres años de que Bernardo Bátiz estuviera en el foro de Aristegui noticias explicando el fundamento jurídico por el que el CEN de Morena presentaba denuncia formal ante la PGR en contra de Peña Nieto por la posible comisión del delito de traición a la Patria de acuerdo al último artículo citado, con ocasión aquella vez de la "reforma energética" ( http://aristeguinoticias.com/0702/m... ),
y a casi de cumplirse uno de que el político, antropólogo, investigador, columnista y escritor Gilberto López y Rivas hiciera lo propio en el espacio del rotativo que ocupa su columna, en donde ratifica y amplía la denuncia con idéntica base jurídica, esta vez por concesión y explotación de recursos, tratados comerciales, otorgamiento de licencias de operación en territorio nacional a agencias americanas de seguridad, defensa e inteligencia, y la violación a las garantías individuales a los connacionales que de ello se desprende, así como a los organismos que en colusión, por acción, omisión o silencio pudieron y debieron haberse pronunciado en su momento, como la CNDH, Congreso de la Unión y Suprema Corte de Justicia de la Nación, amén del retroceso y perjuicio a la Independencia, SOBERANÍA e Integridad a la Nación que supuso la reforma energética ya denunciada por el CEN de Morena, y la invitación de Trump a Territorio Nacional siendo aún candidato a la presidencia de los Estados Unidos ( http://www.jornada.unam.mx/2016/09/... ), creemos que es de destacar lo que al pie de la letra nos dice el 123 del Codigo Penal Federal, y ver hasta qué punto el "ambiguo" concepto de soberanía que maneja el Ejecutivo Federal es el mismo con el que dirige a la política exterior, ampliandose entonces en cada declaración o comunicado la larga lista de delitos imputables, al hacerse portavoz no ya de principios, sino de los intereses norteamericanos allende nuestras fronteras. Dice:

"Artículo 123. .- Se impondrá la pena de prisión de cinco a cuarenta años y multa hasta de cincuenta mil pesos al mexicano que cometa traición a la patria en alguna de las formas siguientes:
-Realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la Nación Mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero;
-Tome parte en actos de hostilidad en contra de la Nación, mediante acciones bélicas a las órdenes de un Estado extranjero o coopere con éste en alguna forma que pueda perjudicar a México.
-Cuando los nacionales sirvan como tropa, se impondrá pena de prisión de uno a nueve años y multa hasta de diez mil pesos; Se considerará en el supuesto previsto en el primer párrafo de esta fracción, al que prive ilegalmente de su libertad a una persona en el territorio nacional para entregarla a las autoridades de otro país o trasladarla fuera de México con tal propósito.
-Forme parte de grupos armados dirigidos o asesorados por extranjeros; organizados dentro o fuera del país, cuando tengan por finalidad atentar contra la independencia de la República, su soberanía, su libertad o su integridad territorial o invadir el territorio nacional, aun cuando no exista declaración de guerra;
-Destruya o quite dolosamente las señales que marcan los límites del territorio nacional, o haga que se confundan, siempre que ello origine conflicto a la República, o ésta se halle en estado de guerra;
-Reclute gente para hacer la guerra a México, con la ayuda o bajo la protección de un gobierno extranjero;
-Tenga, en tiempos de paz o de guerra, relación o inteligencia con persona, grupo o gobierno extranjeros o le dé instrucciones, información o consejos, con objeto de guiar a una posible invasión del territorio nacional o de alterar la paz interior;
-Proporcione dolosamente y sin autorización, en tiempos de paz o de guerra, a persona, grupo o gobierno extranjeros, documentos, instrucciones o datos de establecimientos o de posibles actividades militares;
-Oculte o auxilie a quien cometa actos de espionaje, sabiendo que los realiza;
-Proporcione a un Estado extranjero o a grupos armados dirigidos por extranjeros, los elementos humanos o materiales para invadir el territorio nacional, o facilite su entrada a puestos militares o le entregue o haga entregar unidades de combate o almacenes de boca o guerra o impida que las tropas mexicanas reciban estos auxilios;
-Solicite la intervención o el establecimiento de un protectorado de un Estado extranjero o solicite que aquel haga la guerra a México; si no se realiza lo solicitado, la prisión será de cuatro a ocho años y multa hasta de diez mil pesos;
-Invite a individuos de otro Estado para que hagan armas contra México o invadan el territorio nacional, sea cual fuere el motivo que se tome; si no se realiza cualquiera de estos hechos, se aplicará la pena de cuatro a ocho años de prisión y multa hasta de diez mil pesos;
-Trate de enajenar o gravar el territorio nacional o contribuya a su desmembración;
-Reciba cualquier beneficio, o acepte promesa de recibirlo, con el fin de realizar alguno de los actos señalados en este artículo;
-Acepte del invasor un empleo, cargo o comisión y dicte, acuerde o vote providencias encaminadas a afirmar al gobierno intruso y debilitar al nacional; y
-Cometa, declarada la guerra o rotas las hostilidades, sedición, motín, rebelión, terrorismo, sabotaje o conspiración".

De tal modo, que si el mismo Espíritu de ley que inspira el concepto de Soberanía que rige dentro de nuestras fronteras es el mismo que rige fuera de ellas, y si ha quedado demostrada la supeditación del Estado Mexicano a los intereses de la política exterior norteamericana en nuestros asuntos domésticos (lo damos por hecho), debemos entonces colegir de ello que cada declaración de la Cancillería en donde se esgrime la declaración de principios que justifican sus conminaciones, exhortaciones, aclaraciones, retractaciones, sanciones y demás en los asuntos internos de Venezuela, es una nueva y tácita aceptación de los intereses que realmente representa, esto es, los marcados por el gobierno de los Estados Unidos en su agenda internacional (de allí se hace explicable la "sordera", amén del pendejismo crónico, de Videgaray y Peña), haciéndose por consiguiente IMPUTABLES según lo estipulado en las fracciones 1, 4, 7 y 9 del artículo citado arriba, además de prevaricar en sus funciones al no haber procesado en su momento a la señora Márgara Závala, precandidata de AN, al infringir la fracción 11 el pasado mes de Marzo ( http://www.radioformula.com.mx/nota... ).
Entonces vemos que, en política exterior, la actual administración NI CUMPLE NI HACE CUMPLIR LA LEY.
No únicamente se depuso la utilización de una doctrina que inspiró la política exterior mexicana y gracias a la cual alcanzó prestigio internacional por décadas, sino también el Espíritu de conceptos fundacionales de la República, como el de Soberanía. Esto último fue lo que no nos dijeron: que el concepto de Soberanía que permeaba Leyes, República y Mentes bajo el mandato de Pascual Ortiz Rubio, su sucesor Abelardo Rodríguez, y el que le siguió, el General Lázaro Cárdenas del Río y subsiguientes, no iba a ser el mismo que permeara bajo el mandato de fox, calderón o el actual, en tratándose de política exterior, y por consiguiente, que iba a ser el sosias del ENGENDRO que rige a los asuntos internos.

De lo anterior es evidente que la política exterior NO ES UN ASUNTO PERIFÉRICO, por alimentarse del mismo sucedáneo que nutre (o malnutre, o desnutre, como la comida "chatarra") a la política interior.

*

Corolario.
Hasta aquí hemos denunciado (sin necesidad) la febril intervención de la Cancillería mexicana en los asuntos internos venezolanos; empero, quisimos tomar uno de los principios que lo inspiran (Soberanía), empatándolo con el que a su vez inspira nuestros propios asuntos. Hemos cuestionado su legitimidad mostrando el grado de torcedura y desfiguración con que este principio rige dentro de nuestras fronteras, y por consiguiente, fuera de ellas. Hemos hecho imputable por el delito de Traición a la Patria al gobierno mexicano cada que interfiere en los asuntos de la República Bolivariana de Venezuela, como lo hacemos imputable en lo sucesivo de futuras interferencias en terceros países de valerse de los mismos principios. Nos creemos eximidos de dar cuenta del análisis de los otros dos, esto es, Independencia y Libre Autodeterminación de los Pueblos, por creer que lo dicho respecto al de Soberanía vale también para aquéllos.
Con esto no pretendemos acallar voces u opiniones de aquellos que crean pertinente decir algo en relación a los sucesos en terceros países, pero sí señalar el grado de implicación que dichas opiniones pueden tener si se hacen partícipes o eco de un gobierno tan ilegítimo como criminal y NO REPRESENTATIVO del interés popular, sino más bien de un gobierno extranjero.

Creemos que el conflicto entre principios universales y leyes particulares es un problema que requiere cierto esfuerzo intelectual y moral, tanto por la verdad que ha de alentar la búsqueda de la resolución pertinente como por la insatisfacción y desprecio que el investigador ha de invertir ante las respuestas fáciles y múltiples ocurrencias, que parecen ser el alimento de los cerebros de nuestros "políticos de profesión" (de hecho, tal conflicto se radica en las disciplinas del "Multiculturalismo" y algunas tendencias de "Filosofía política", a las que de momento no haremos alusión); pero creemos sobre todo que no hace falta abandonar las fronteras para asistir al conflicto de ambas potencias, al ser México tan exuberante en su diversidad cultural, de tal modo que nuestra participación en el problema sería más valiosa si nos atuviésemos a lo que nos atañe más de cerca, a diferencia de nuestra ignominiosa casta política, de modo tal que la contraposición que advertíamos al principio (y que inunda los foros públicos), entre los que creen pertinente la intrusión en asuntos extranjeros y los que ponderan más la resolución de los propios por parecerles más apremiantes, nos llegaría a parecer tan ociosa como innecesaria, y hasta risible.

martes, 12 de septiembre de 2017

Hay...; hubo...; habrá... (Poema)

Hubo
en mi lengua encinta:
el feto de una palabra,
el destello de una idea,
la presunción de una teoría,
la desnudez de una verdad...

Hay
en mis septentrionales altiplanos:
una conciencia fugitiva
coronada de perlas
que cual animal se escabulle
entre dos cóncavos espejos...

Habrá
las reluctantes ascuas
y su melifluo crepitar
de la vejiga en mi pecho:
en las arenas de un reloj
bogando a contrapelo...

De prietos pobres y palacios: pequeña radiografía discepoliana del México de hoy. (Artículo)

Escribía "el filósofo del tango" el himno nacional no de la Argentina sólo, sino de casi toda la América Latina, presumiblemente sin saberlo, cuando por allá de 1934 Carlos Gardel daba voz a su brillante letra y lo proyectaba al mundo entero: entonces el nombre de Enrique Santos Discépolo ganaría un lugar al lado de los autores de los himnos locales (de Francisco de Paula González Bocanegra, caso México), como si fuese su sombra más grande, su pervertido sosias que aunque oscuro y no totalmente presente (¡y mucho menos presentable!), resultaba inquietantemente genuino, incómodo hasta el día de hoy para el poderoso y el minúsculo estrato social en donde la saeta de Balzác encuentra diana : "Detrás de toda fortuna se oculta un gran crimen". La genialidad de "Cambalache" se hace patente en su grado ubicuo de aplicación y su vigencia.
(  https://www.youtube.com/watch?v=eKyISWmi5uA ).

Y tal vez sea Discépolo mi carta fuerte en lo sucesivo, que bien visto, no es poca cosa: porque si el rigor con que se trata un tema puede ser medido por nuestra cantidad de referencias, siempre se puede acusar en ello algo de falacidad con el obsesivo recurso al argumento de autoridad; otro tanto de vicio académico; mucho de "hybris" al identificar nuestro "ser" con nuestro "saber", manifiesto en desaforada pedantería, e incluso, bastante carencia de seguridad en el razonamiento propio. Así pues, no me dará la gana agotarme , ni agotar al lector, con un excesivo marco de referencias: no esta vez... Máxime cuando el tema involucra al tejido social en su conjunto... Así que invito al lector a abrirnos paso por nuestros propios medios y recursos, aunque con "Cambalache" de fondo...

                                                                        ***

Sabíamos ayer de la disculpa pública que la tienda departamental mexicana "Palacio de Hierro" ofrecía a raíz del acto discriminatorio en contra de una mujer y sus hijos, quienes fueron desalojados a petición de otros clientes, sin otra razón que su origen étnico y su condición humilde, asunto que aunque rechazado por Crisóforo Ramírez, oficial de la PBI encargado de perpetrar materialmente semejante acto, tampoco desmentido, en la medida que no esgrimía otra razón de peso, como haberla sorprendido infraganti en algún acto que contraviniese los reglamentos de la tienda, el reglamento de la Ley de Cultura Cívica, del Código Penal ni cualquier otro. Usé a propósito el verbo "perpetrar", porque fueron las garantías individuales de esta familia las que fueron violadas (que en últimas calendas, no está de más aclararlo, han adquirido la forma de derechos humanos universales), si nos atenemos a lo estipulado en el Artículo 1° de la Carta Magna, que a la letra dice:

"Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas".

La inverosimilitud de este acto en un México del siglo XXI que se presume ante sí mismo y el resto del mundo como "moderno" y "progresista" hubiera pasado verosímilmente al tonel sin fondo del olvido colectivo de no haber sido por el valiente arrojo de una mujer que no sólo se conformó con videograbar, sino que también se plantó y encaró ante el aparato de "seguridad" en augusta actitud y  defensa de los derechos de sus pares ante el ultraje flagrante y palmario de sus derechos (y aquí querría detenerme y hacer una digresión en el "Caballero de los Leones", mas lo prometido es deuda...): desde aquí querría  externarle mi sincero reconocimiento a Adri González, más aún cuando tras su gallardía y  modales puede advertirse su pertenencia a un estrato distinto, y supo ser en exquisita combinación generosa para con el humilde y arrogante con el poderoso, al modo esto último en que otro clásico defensor de la injusticia social, Robin Hood, lo era: el término arrogancia entraña ambas acepciones, la que ostenta el poderoso, y la de quien se enfrenta al poderoso; la de quien por su posición social puede infligir una injusticia y la de quien se enfrenta a este poder en nombre de la justicia... ( http://dle.rae.es/?id=3mpjP8k , http://etimologias.dechile.net/?arrogancia ) ... La valiente actitud de esta Mujer dio pie a la disculpa pública que poco más tarde ofreciera la tienda, que más se antoja como estrategia mercadotécnica que como auténtica empatía  o al menos apego a la letra constitucional (pues no son lo mismo los ámbitos moral, ético y legal)...
(http://www.sinembargo.mx/10-09-2017/3304836 )
Entre los agentes involucrados bien valdría hacer una distinción: no podemos medir por el mismo rasero a Crisóforo Ramírez, los clientes que solicitaron el desalojo, el gerente de la tienda, y el dueño de ésta, Alberto Bailleres.
Empecemos por este último.

                                                                       ***

El asunto encuentra tierra fértil en redes sociales, donde se dejan escuchar voces que rescato no por su cantidad, sino por su calidad, al hacer labor apologética de la discriminación: que porque era pobre, "¡y qué hacía allí!", o indígena, "y ellos sólo entran a robar", o fea, "y pues era obvio..."; que no iba precisamente a comprar un bolsillo Louis Vuitton, una fragancia Christian Dior, un vestido Coco Chanel... Que los niños pudieron haber quebrado algo, "¡y claro que ella no iba a tener con qué pagar!"; que a nadie le gustaría encontrarse con gente así en una tienda de tal categoría, en un bonito domingo estival ("¡¡¡¿¿¿Cóóóómooo???!!!"); que, resumidas cuentas, "no era su lugar", y en tal tenor, la tienda "había hecho bien... ¡Bravo!"... Yo nada habría de objetar a tales voces -"allá se lo hayan con su pan", como diría el buen Sancho- de no ser, primeramente, el exceso de escrúpulo a la hora de juzgar la pobreza, equiparándola con delincuencia o crimen per sé, a fin de defender las políticas de empresa de un ladrón multimillonario: porque aún cuando en este país esté en boga laurear a pillos consumados, no por ello dejan de ser lo que son: evasores de impuestos, defraudadores, lavadores, traficantes de influencias, partícipes del conflicto de intereses (que es moneda corriente entre la casta política), forjadores de gobernantes sociópatas (y en ese sentido promotores del neoliberalismo a ultranza, con todas sus políticas lesivas y generalmente antihumanas), esclavistas, perpetuadores del status quo, y un largo etcétera que en conjunto harían palidecer al indio, ladino o criollo que se aventurase a una de sus tiendas y quisiese llevarse algo sin pagar... Pocos son los que como él pueden ostentar un récord criminal tan vasto (quizás por pertenecer a la élite de las élites); menos los que, además, hayan sido laureados con la presea Belisario Domínguez: triste ironía de la Historia que quien le haya dado nombre a la medalla haya sido un opositor y detractor del régimen del usurpador Huerta, por el que fuera muerto, y que ahora la mención que lleva su nombre haya caído al percudido cuello de un magnate que ha labrado su fortuna en asociación y contubernio con la pus de la política que él mismo ha promovido desde sus franquicia delictiva mal llamada "universidad": un Peña Nieto que en sonriente actitud lacayezca le rinde pleitesía, mientras aquél le prodiga sendas palmadas en el hombro, cual patrón felicitando a su empleado... El Periodista Álvaro Delgado apunta que en la "ceremonia estuvieron presentes los tres poderes de la Unión, con lo cual el lector podrá hacerse una idea del alcance de la influencia de este figurín, y el grado de necrosis dentro del cuerpo de la institución pública... Nos dice:

"La de hoy en el Senado fue una estampa del México neoliberal: El poder político se le rinde al dinero.... (...)...  A Peña y al Congreso los felicitó por las reformas estructurales y con ese mismo ánimo, dijo, “atisbó el resplandor”, porque “nuestro país está llamado a la grandeza... (...)...  Dueño en México de la Coca-Cola, de la tienda de lujo “El Palacio de Hierro”, de la contaminante Industrias Peñoles, de aseguradoras y negocios, incluido el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), semillero de funcionarios en los sexenios recientes, es el tercer hombre más rico de México... (...)... La más reciente incursión de Bailleres en los negocios fue en el codiciado mercado del petróleo: Le fue asignado el bloque 4 a Petrobal, su empresa petrolera que forma parte de un consorcio integrado por la estadunidense Fieldwood Energy LLC... (...)... Bailleres nunca ha hecho una valoración sobre la atroz realidad mexicana ni ha hecho mínima crítica al poder político, priista o panista, porque de ellos sólo ha recibido beneficios, como las concesiones mineras en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón. Y con los priistas ni se diga...". 
Disculpe el lector la longitud de la cita: he pensado sobre todo en aquéllos que desconocen el currículum de tan destacado personaje, y que a carencia de tal, aventuran una opinión como las arriba expuestas... ( http://www.proceso.com.mx/420584/la-clase-politica-se-rinde-al-dinero-senado-entrega-la-belisario-dominguez-a-bailleres ) Aun así, puede que a muchos se les escape el verdadero impacto y profundidad que los delincuentes de cuello blanco, tipo Bailleres o Carlos Slim, ejercen sobre la Unión en todos sus aspectos, tal vez por emparentar con más facilidad el acto criminal a la nota roja, bajo cuya sección se ha escrito casi la totalidad de la historia del pueblo mexicano desde hace por lo menos tres sexenios. Incluso puede que desconozcan las implicaciones de la economía y política de corte neoliberal, al devenir éstas en conceptos y ecuaciones que no llegan a ser claros ni siquiera para sus devotos y profesantes, adquiriendo por ello cierto tufo metafísico, reservado a unos cuantos iniciados... Consecuentemente debería explicar ambas cosas, bajo riesgo de hacer este artículo tan extenso como ilegible para muchos, lo cual iría en contra de la intención manifiesta al principio: involucrar a tantos como el asunto atañe, a través de una heurística incluyente, no para que encuentren en ello "la" verdad, o siquiera una verdad, sino un aliciente que eleve el nivel de discusión: que proponga nuevas perplejidades, interrogantes, suspicacias; que detone la reflexión colectiva y la sitúe unos metros más arriba de la "doxa" platónica, si se quiere... No otra cosa pretenden el resto de mis contribuciones políticas en este espacio, por cierto... Quedarán, pues, para momento más pertinente las explicaciones de qué sea el mentado "neoliberalismo" y el impacto real de los delitos de cuello blanco... Empero, todavía podemos recurrir juntos a algo más a mano, y cuya ambigüedad siempre está dispuesta a mostrarnos su mejor rostro: el llamado "sentido común". Porque no serán mis lectores tan cortos de entendederas que achaquen a un fenómeno climático ocurrido en el vecino del norte el aumento en el precio de los hidrocarburos y sus concomitantes y funestas consecuencias sobre el precio de las mercancías que han menester de estos para su transporte: a fortiori cuando el mexicano promedio destina dos terceras partes de sus ingresos a la adquisición de una canasta básica cada vez más mítica.

El laureado Bailleres debuta en el negocio del petróleo: mercado que fue abierto a la participación del capital privado por aquellos que le entregaron la medalla, en virtud del desmantelamiento paulatino de la paraestatal promovido por hombres clave en su manejo, que a su vez ocuparon esos puestos gracias a su incesante promoción por el capital privado... ¡Redondo!, ¿no? El maestro Jalife Ramhe nos dice cómo es que Carlos Morales Gil, otrora director de exploración y producción de Pemex, termina en la nómina de Bailleres, a través de Petrobal, su nueva máquina de explotación de recursos naturales y concentración de dividendos en manos de unos pocos, pues como el Sr. Peña explicaba en su momento, la reforma energética dotaría de "marco legal y certeza jurídica" a las inversiones de quienes ya son obscenamente ricos: para seguir explotando, acumulando, despojando y encarcelando a todo aquél que se les ponga en medio... En eso la experiencia del propietario de Industria Peñoles es indiscutible... El recuento que el maestro Jalife Ramhe hace de la meteórica trayectoria de Bailleres que lo llevó de una considerable fortuna familiar al amasamiento de la tercer fortuna de México con las "palancas" que tuvo que mover en el camino, para decirlo con un eufemismo, lo encontrará el lector en el siguiente link :  http://www.alfredojalife.com/2015/02/15/bailleres-y-su-clan-itam-van-por-el-feretro-de-pemex/

La libertad empresarial y de mercado tan demandada y cacareada por Bailleres en los años 80 le sirvió para consolidar su poderío allende el sector empresarial mismo, infiltrar la política a fin de colocar más y mejor sus peones sobre el tablero, contribuyendo así al progresivo desmantelamiento de la "nociva" industria nacional (que todavía por aquellos tiempos aportaba 7 de cada 10 pesos a la recaudación), del "monopolio", como lo llamaran nuestros modernos "reformadores" durante la batalla por desfigurar el 27 constitucional, dando paso a la dependencia energética de México, aun cuando fuese productor mundial del hidrocarburo, y metiéndose por la puerta grande y la alfombra roja que le abrieron y desenrollaron sus vástagos ideológicos con tal de que el señor mamase del líquido negro y calmase su insaciable apetito.

Las redes empresariales de Bailleres se diversifican hasta la cadena de distribución de alimentos, siendo tiendas Oxxo mediante Cocacola Femsa igualmente de su propiedad. Es de notar su explosiva expansión en tan poco tiempo, erosionando la competencia que representaban las tiendas de abarrotes tradicionales, modificando sensiblemente las reglas de mercado a su conveniencia (tiendas "de conveniencia", ¿para quién?). ¿Y qué tipo de alimentos se hallan en sus anaqueles? Refrescos y sopas Maruchan han de ser parte de la nutrición de un pueblo que destina dos terceras partes de sus ingresos a su alimentación... Para quien argumente el cliché de marras de que "cada quién es libre de consumir lo que mejor le parezca", o "si no estás de acuerdo, pues no compres allí", lo invito a leer el artículo "El horizonte de la precariedad laboral...", también parte de este blog.
Acaparación de recursos y monopolio de mercado, depauperización salarial y erosión de derechos laborales, un marco legal sólido en la letra pero de endeble o nula aplicación a la hora de garantizar una canasta básica suficiente y saludable, todo ellos parece correr de la mano... Todo ello alentado por los mismos personajes, la misma cúpula... Para un sector privilegiado habrá tiendas departamentales con lindas edecanes dispuestas a vaporizar en la muñeca del cliente la última fragancia de Gianni Versace con jazz parisino de fondo... El resto de la población siempre tendrá un Oxxo en la esquina de su casa, a fin de saciar un apetito que sólo en contenido es distinto...

Peñoles acumula una ratificada experiencia en materia de contaminación ambiental (ecocidio) e impunidad; despojo de tierras con la complacencia de la "autoridad"; violación a los derechos de sus agremiados; evasión fiscal y condonación de deudas; licitaciones amañadas y un largo etcétera que alcanzan su justificación por los mercachifles del progreso y adoradores de la modernidad cuando todo esto se traduce en un puesto de trabajo de ínfima categoría, paga y menor prestación más emparentado con la esclavitud en tiempos porfiristas que con sus pares del primer mundo a que tanto querrían asemejar...    


A fin de no acaparar más el raciocinio del lector, concluiré en este respecto con una deliberación final. Me gustaría que el insufrible escrúpulo de las hordas de apologetas de los Bailleres, Slims, Hernández y demás crápula con nombre y apellido también se aplicase a estos a la hora en que criminalizan la pobreza, que aceptan y ensalzan la violación a los derechos constitucionales de los más desfavorecidos, al momento en que fracasadamente intentan llenar su vacuidad mediante la compra a plazos de productos cuya manufactura esclavista debiera, si este putísimo mundo fuera un poco más justo y honesto, ostentarse en el lugar de su etiqueta, y a la entrada de los almacenes en que se hallan, propiedad de tipejos de la más baja estofa y del vicio más repulsivo que paradójicamente habitó en un mundo más antiguo y más civilizado que el nuestro: la "hybris" griega, que reconocía en una de sus facetas la homologación del ser con el tener...

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Decía Kundera en su "Vals del adiós" que no es tan jodida nuestra indiferencia hacia las iniquidades del opresor, cuanto más nuestra participación con éste: cuando sostenemos voluntariamente el yugo que el verdugo ha de cortar.

Querría ser algo menos duro con hombres como Crisóforo Ramírez, pero no puedo. No puedo porque no es éste un caso aislado en el actual contexto de desaprobación popular con respecto a la casta gobernante y el modo en que ésta sofoca la protesta; no lo es cuando la violación a las garantías individuales es "pan de cada día" Lo cierto es que la figura del policía, la institución policiaca en su conjunto, es percibida con suspicacia desde el momento en que estas se alían con la opresión del crimen organizado y de la casta política: ambas, caras de la misma moneda. Son percibidas incluso con repugnancia, y lo seguirán siendo mientras el hombre bajo el uniforme (en el que todavía quisiera creer) no tenga la posibilidad de ampararse bajo la figura jurídica de la "objeción de conciencia", vigente en otras latitudes, a fin de emanciparse de las tiránicas órdenes de la institución en metástasis a la que pertenece, y a fin también que la bestia que yace bajo el peso de su placa de quincalla y su roído traje azul dé paso al ser humano...

Si algo puede opacar el papel de Crisóforo Ramírez -sujeto que sin uniforme y placa podría también ser discriminado en otro Palacio de Hierro por las mismas razones que lo fue la familia en cuestión- es el que desempeñaron los malnacidos que lo azuzaron. Sobre ellos no quisiera extenderme -querría incluso nada decir. Sirvan tan sólo de lamentable ejemplo de cómo a veces la pertenencia a un estrato alto y la más crasa ignorancia, insensibilidad y estupidez forman tándem. En el fondo creo que este tipo de personas son incurables.

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Fiestas patrias a la vuelta de la esquina, nos vemos acuciados nuevamente por la pregunta que se impone por sus propios fueros: "¿Hay algo qué celebrar?".
Yo celebraría algo que no es, pero que podría: un México de la diversidad, de la inclusión, de la generación de riqueza conjunta y su reparto equitativo, en donde el imperio de la ley se mantuviese incólume sobre los instintos tiránicos y donde se comprendiera el sinsentido que es que un hombre gobierne sobre los otros; su riquísimo legado e historia, sí, con su gente, que aunque no el non plus ultra de la creación, pueblo noble como ninguno... Querría celebrar un país que no quisiese parecerse a ningún otro sino a sí mismo: que su identidad fuera más bien materia artística de constante construcción, destrucción, deconstrucción que requiriese pensamiento y acción a partes iguales... Se ha dicho, al fin y al cabo, que la Utopía no está  precisamente ahí para ser alcanzada...