miércoles, 21 de marzo de 2018

Muerde la Aurora las simas del sueño... (poema).

Muerde la Aurora
las simas del sueño:
inocula la duda,
petrifica el aliento.
La sangre no coagula;
el aire, veneno.
Nace a rastras nuevo día
por húmedo cubil,
mientras la noche se cierne
sobre la testa del Alba,
aguijón de alacrán...
Un escalofrío se yergue
sobre el trémulo costado del mundo...
Lleva en sus lívidas sienes
las perlas del miedo;
frígida su garganta:
obitológica sepultura.

Derrengado a coces
por las cercenadas piernas
de mi Ahora
(como el cautivo su luenga condena,
así ha de arrastrarse a la propia sombra
en la hora culmen,
la del pavor!,
escuchando tras de sí
el ferroso estrépito
de su risa eslabonada),
me pertrecho del granizar del segundero
bajo el tinglado
de la más pequeña excusa:
mientras el tiempo fluye y refluye...
hasta hacerse remolino.

sábado, 10 de marzo de 2018

A la que vuela.

Incluso tus mas de grotescas muecas
descarrilan en tu tierra salpicada
de senderos de Belleza,
mientras pretendes ignorarlo,
o acaso de verdad no lo sepas:
mas yo quiero tampoco
acaso no saberlo
(para qué? Me bastaría todo el whisky de esta intrépida Cantina?),
sino cantarlo desde el fondo
de mi malediciente sobriedad.
Dime, oh Arrogante!,
para qué las poesías de alto calibre
cuando bajo la cota de terciopelo
usas un grueso antibalas?
Ay de nosotros los ignorados!
Ay de nosotros a quienes están vedados
los Paraísos de la inopia,
y hemos de salpimentarnos
pan y hambre con la escarcha
de tus ojos fugitivos!
Ay de todos los apuñalados con fatal lesión,
promovida por los involuntarios subterfugios
de un ademán decapitado!
Ay de los que heridos, llegamos tambaleando
al hospital adolecente de medicina
e incluso de palabra consolante!
Porque no basta todo el aire de esta Tierra
para dos famélicos pulmones
que no proceda de tu aliento.