sábado, 25 de agosto de 2018

Labios del Día, Labios de la Noche.



Venir al Mundo:

embarrado de sangre y sudor,

y lágrimas y maledicencia;

escortado por el hedor de la Noche

(y su hálito y oscuras prestidigitaciones),

como súbita creación

de sus verticales labios:

"¡Hágase!",

y uno se hace y halla caminando

nuevamente

en los contornos de otro Día

arrastrando la misma valija

de comerciante fracasado

y la misma puta sombra:

aunque con pesos intercambiados.

Todo un Señor el Día

de horizontales labios

Mas el coño de la Noche

-sus peludos labios-

nos ha parido.

Una taza de café por la mañana

con aguardiente:

blasfemia.

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