Deposítase en la Tierra,
cargado de sueño,
alcaloides
y promesas
el pápado de la Noche…
cargado de sueño,
alcaloides
y promesas
el pápado de la Noche…
Saetas aladas huyendo
del tremor y quejido
en los goznes
de la puerta
que se cierra
para no volver a abrirse
jamás.
¡Noche Persa,
sahumada de hachís
y velos de seda
y náufragos
en el hemisferio
occipital!
¡Pupila de Perro
diáfana
y calcinante!
Sueños
alcaloides
y promesas
hechos pulpa:
Nuevo Comienzo.
* * *
Había una vez….
No, no es verdad…
Hay,
hay muchas criaturas abandonadas… Algunas jóvenes y algunas y tiernas como manos de vegetal… Pero algunas tan viejas, tan débiles, y llenas de roña e irrefutables sátrapas con todo y repúblicas como pulgas, y puteadas por la vida con todo y sus ígneas historiografías y juegos de manos; con costras y viruela que únicamente querrían hablar, pero todo se les atraganta, y sin embargo, todo lo dicen a sólo mirarlas: cariño, cansancio, culpa, abandono…. Circunstancia…. Porque los libros nada enseñan, amén los ojos, y la tristeza que se escurre en sus comisuras y condensada en lagañas viscosas como el Tiempo y el grito sobre la estopa de nuestra vida ordinaria, que va, y viene, y nunca deja de venir, en sus breaking news y nota roja: pirueta mellada por lágrima refulgente de un mirar apagado o cuerpo agonizante en la vía pública: tan allí y desafiante, y tan suya, al final… El peluche no acota a la axiología, por mucho que parezca…
* * *
¿De cuántos kilos
la piedra
cuyo cabo opuesto
anuda nuestro cuello?
El Día
no puede esperar...
del tremor y quejido
en los goznes
de la puerta
que se cierra
para no volver a abrirse
jamás.
¡Noche Persa,
sahumada de hachís
y velos de seda
y náufragos
en el hemisferio
occipital!
¡Pupila de Perro
diáfana
y calcinante!
Sueños
alcaloides
y promesas
hechos pulpa:
Nuevo Comienzo.
* * *
Había una vez….
No, no es verdad…
Hay,
hay muchas criaturas abandonadas… Algunas jóvenes y algunas y tiernas como manos de vegetal… Pero algunas tan viejas, tan débiles, y llenas de roña e irrefutables sátrapas con todo y repúblicas como pulgas, y puteadas por la vida con todo y sus ígneas historiografías y juegos de manos; con costras y viruela que únicamente querrían hablar, pero todo se les atraganta, y sin embargo, todo lo dicen a sólo mirarlas: cariño, cansancio, culpa, abandono…. Circunstancia…. Porque los libros nada enseñan, amén los ojos, y la tristeza que se escurre en sus comisuras y condensada en lagañas viscosas como el Tiempo y el grito sobre la estopa de nuestra vida ordinaria, que va, y viene, y nunca deja de venir, en sus breaking news y nota roja: pirueta mellada por lágrima refulgente de un mirar apagado o cuerpo agonizante en la vía pública: tan allí y desafiante, y tan suya, al final… El peluche no acota a la axiología, por mucho que parezca…
* * *
¿De cuántos kilos
la piedra
cuyo cabo opuesto
anuda nuestro cuello?
El Día
no puede esperar...
Tan solo del kilataje de moral en turno, y xq no tambien de la calidad y templanza del.metal de vuestro espiritu
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