Mis días,
mis soles;
mis noches,
mis lunas;
mis tropiezos,
mis pasos;
mis voces,
mi conciencia;
mi razón,
mi locura;
pero...
mis insomnios?
Mi sombra:
carbonizado
reflejo;
mi sonrisa:
gesticular perfidia;
mis vestidos:
músculo anhelante;
un alma
más traslúcida
que ala
de mosca.
Un corazón
de celofán;
un cerebro
adornado
con telarañas;
un nombre
estrepitoso,
hilarante;
la manzana
de Eva
colgando
al cuello.
Maldición!
Con un "después"
cual escapulario,
y un "antes"
como testigo:
sendos nudos
en mi cuello,
sendos puños
de mi sino:
y yo:
el mismo
amateur.
Y la tóxica rabia
de mis dientes
en perpetua cópula
con la miel de
mi bífida lengua...
Y la incandescente noche
que no deja
de aterrizar!
(Cual Serpiente
rascándose
las escamas
con los pedazos
de otro día roto)...
Viene la Noche!
Colcha de lava!
Metafísico guiño!
Página bañada
en el charco
de la Melancolía!
Enfermedad incurable,
mortífera mordedura
en nuestra ignota
cartografía!
Prisión cuyos barrotes
son de
intransigente acero
u orfandad:
en el sitio
más remoto
y más lejano,
llamado el "sí mismo".
Oh estío, tan rebosante
de dicterios!
Oh estío,
tan rebosante
de algodonosas penumbras!
Oh estío,
tan pletórico
de gotas como clavos
enterrándose
en el útero
de la madre
nos espera!
Oh vaporescencia!
Cascada necia
por donde navegan
las almas al Sol!
Vida irradiada
que te arrastras,
o andas,
nadas o vuelas:
eterno "son"!
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